El Edificio, de gran belleza, es de origen gótico-mudéjar con mezcla de renacimiento popular, fruto de las mejoras y reparaciones que en el transcurso del tiempo ha sufrido. Fue construido en el siglo XVI, iniciándose las obras en el año 1525 por orden del sacerdote Fernando de Oviedo. Se sabe que a finales de este siglo estaba habitado por una importante comunidad de la orden de Santo Domingo.
Al igual que el barrio, el final del siglo XVII, marco el principio de su decadencia y aunque se mantuvo abierto y habitado hasta el primer cuarto del siglo XXX fue abandonado por causa de derrumbe de lagunas de sus dependencias.

Pasado el tiempo, motivado por el abandono, solo quedaron en pie las arcadas del patio principal y sus dos portadas de bellísimo estilo mudéjar de ladrillos vistos y azulejos con extraordinarios arcos:

  • El del claustro alto conopial. 
  • Escarzano el del claustro bajo.

La Dirección General de Arquitectura en colaboración con la Caja de Ahorros de Ronda, decidieron la restauración del edificio afortunadamente con gran fidelidad, completando los restos existentes.

Embellecieron sus patios y amueblaron el edificio siguiendo el estilo del primitivo convento, 

permitiéndose las únicas adaptaciones necesarias para dedicar el edifico a su fin actual, consiguiendo que con arreglo a las exigencias de la pedagogía moderna sus dependencias sean amplias, luminosas y confortables.
Se pensó dar al colegio los servicios necesarios para su importante función, y así tiene una completísima cocina, que hoy se utiliza solamente para la preparación final de las casi 90 comidas que diariamente se dan y que ya le vienen pre-cocinadas al colegio por parte de una empresa rondeña de catering.

Su comedor es francamente bonito, pensado para su función principal, pero también mostrando en su decoración la belleza de la artesanía de nuestra tierra.

Tiene una amplia biblioteca, donde ya se cuenta con los últimos elementos de la informática, y que es muy visitado por los alumnos.

Aulas, perfectamente iluminadas por la luz exterior, que por su amplitud facilitan la atención a los alumnos, evitando la masificación de las mesas colectivas.

Un patio interior que aparte de servir de zona lúdica, en los apetecidos recreos, es también zona deportiva y lugar de aprendizaje de la cultura física que hace posible lo de "mente san en cuerpo sano", dando suficiente prueba de su efectividad la vitrina de trofeos que muestra los éxitos deportivos de nuestros alumnos.

Como continuación de las mejoras a las que este colegio esta siempre sometido, como muestra del afán de perfeccionamiento presente en la rectoría del Colegio, se está trabajando en un nuevo salón de actos que hará posible tener un lugar de encuentro de nuestros alumnos y sus familias.

El Fin de Curso no solo marca el fin de un año de estudios para los alumnos, marca también el comienzo de un nuevo proyecto, y así el profesorado inicia en verano una etapa de lo que podríamos llamar reciclaje y que es la puesta a punto para conseguir los éxitos a los que se obligan para el próximo curso.

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