El
cante flamenco adquiere una profunda dimensión al impregnarse de
emoción religiosa. La Navidad, nacimiento de Jesús y Semana Santa,
su pasión y muerte son dos hechos de manifestación religiosa en
los que el "hombre-cantaor" aprovecha para llorar y reir;
Saeta y Villancico.
Ahora, en esta
entrañables fiesta, el flamenco nos trae el Villancico. Son varios
los estilos flamencos por los que puede hacerse el villancico, de
entre ellos son las bulerías y los campanileros los más usuales.
Fue el jerezano Manuel Torres quien basándose en lo que cantaban por
las madrugadas los coros de campanilleros, acompañando a los
llamados Rosarios de la Aurora, creó este estilo flamenco. Manuel
Torres había aprendido tres de las muchas letras que existían de
campanilleros, pero a la hora de cantarlas le imprimió su
personalidad cantora y una intensidad flamenca especial.
Estábamos con
el Niño de la Palma (el torero), El Gloria, Rebollo y yo. a mí se
me ocurrió decirle a Cayetano (el Niño de la Palma) que
deberíamos ir por el Torre, que entonces vivía en el Fontanal.
Llegó Manuel Torre, me dijo: ponla en el tres.... y escuchamos
aquellos campanilleros, inspiración de su genio, que ponía los
vellos de punta.
Siempre estremece
y emociona escuchar una de las letras que cantaba Manuel Torre:
A la puerta de un
rico avariento
llegó Jesucristo y limosna pidió
y en lugar de darle limosna
los perros que allí había se los azuzó;
pero sucedió
que al momento los perros murieron
y el rico avariento pobre se quedó |